martes, 2 de junio de 2009

"MI DULCE AMADA"







Me invade una gran melancolía,
mi corazón muy triste está,
se pierde poco a poco mi alegría,
como echar un cántaro de agua a la mar,
¡oh!, mi dulce y siempre amada.

Ave, primorosa del paraíso,
se te escapa la felicidad,
como el agua entre tus alas,
que no te deja bien volar.

Que no daría, al ser supremo,
te devuelva la sonrisa,
y el mal que te quebranta,
lo convierta en alegría.

Deseo en ti la eternidad,
como la Diosa, excelsa del Olimpo,
para que en los efímeros prados del mundo,
estar por siempre, contemplando tu belleza.

Volé, por los caminos del ensueño,
tratando de buscar la solución;
encontré, resignación y esperanzas,
aceptando la penosa realidad.

Soy paciente y espero, tu pronta mejoría,
que el sol vuelva a brillar en tu vida,
para pasear juntos, tomados de la mano,
por los jardines bellos del edén.

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